Ejercicio y alimentación: Pacta con el diablo

lunes, 9 de marzo de 2015

Pacta con el diablo

- Pero ¿qué dices? ¡estás loco! se te ha ido la olla de no comer azúcar.
- Que no, deja que te explique.
- No no no, yo paso de eso...
- Vale, sigue como hasta ahora, que te vaya bien.

El principal problema (vamos a llamarlo así... aunque yo lo llamaría la principal excusa) que todos tenemos (nos ponemos) a la hora de hacer ejercicio es siempre el mismo pero camuflado: NO NOS APETECE.

Ya sea por el cansancio de atender a tus hijos, por el estrés de un día de trabajo, por los agobios de una jornada laboral propia de épocas de esclavos, o porque tu sofá te mira con ojos cariñosos, el caso es que NO TE APETECE.

En realidad tu quieres, te gustaría PERO a otra parte de ti no le apetece, esa parte que cede al primer intento, esa parte que da mas importancia a todo lo exterior y desprecia lo interior, esa parte que te dice "anda y que le den por culo al ejercicio ¿que mas da? si ya llevas todo el día moviéndote" o "con lo bien que se está en el sofá, si total, todos vamos a morirnos".

Esa parte es el diablo, es tu diablo (yo también tengo el mío pero estoy acostumbrado a negociar con el y suelo llegar a un acuerdo)

Te propongo que hagas un pacto con tu diablo, empieza por poco, el cabrón es listo. Tiene un máster en inteligencia emocional y varios cursos de negociación en entornos conflictivos. Vamos, que se las sabe todas el desgraciao.

- Pero es más listo que yo
- No, sabe más que tu, pero tu eres más inteligente, empieza por pactos de pequeña escala y cuando se quiera dar cuenta le tendrás medio controlado... aunque siempre habrá días que te gane, no pasa nada.

Dile algo como:

- Mira, cabronazo, ya se que no quieres hacer ejercicio, que eres un vago y que el sofá es tu sitio preferido pero eres parte de mi, si no hacemos un rato de ejercicio no vas a tener sofá hoy. Te propongo una cosa, hacemos 5' de ejercicio y luego, si nos apetece, nos retiramos al sofá y si no nos apetece, seguimos un rato.

Te dirá que si y ¡ya le has pillado! ¡es tuyo! haced 5' de ejercicio y verás como es casi seguro que os apetece hacer más. Y si no, pues nada, mañana otros 5' hasta que un día le pilles despistado y ¡pam! ya lo tienes al perrángano.

Un saludo.

Nota: el texto de la entrada es jocoso, evidentemente, pero lo del diablillo ese interior no van tan en broma  ¿a que no? ¿a que lo conoces? pues prueba a hacer lo que te digo y a tomar el control. Si funciona cuéntamelo.

2 comentarios:

  1. Mi diablo es muy vago. Mi manera de llegar a acuerdos es que sepa que soy inflexible. Que si digo que voy dos días al gimnasio es que voy dos días. Se ponga como se ponga. Es cierto que podría tener más mano izquierda con él, pero mi naturaleza es más de guerra que de pacto. Y supongo que como él es mi diablo, en el fondo será igual.

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    1. Ah bueno, si tu ya tienes la mesa de negociación establecida con el mamoncete ese, perfecto, sólo tienes que estar atento a que no te la líe ;)

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